La Vejez



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La Vejez



Nuestra sociedad sostiene la ilusión infantil de la juventud eterna. Los medios de comunicación, hacen foco en la belleza y en el físico perfecto como única virtud, parece que en el mundo actual, no hay lugar para los viejos.
Lamentablemente existe una actitud discriminatoria hacia las personas mayores, anclada en un prejuicio negativo e irracional que los ubica en una posición pasiva y de poca relevancia, como si a una edad determinada las personas ya no tuviesen capacidades, proyectos, deseos y como si tuvieran vedado el derecho de amar y ser amados.
La tercera edad es una etapa más en la vida de una persona y como cualquier otro período tiene características propias. En este momento evolutivo se producen cambios importantes a nivel físico, psicológico y social que son un verdadero desafío. Ésta situación sumada a la discriminación social antes mencionada, dificulta el tránsito normal de este período. Además de todas estas vicisitudes que atraviesan los mayores, pueden vivenciar una fuerte angustia apalancada por la inquietud que genera el hecho de acercarse a la muerte.
Otra situación que puede opacar sus ganas de vivir, es que enfrentan más cantidad de pérdidas que las personas de otras edades, lo que implica que tengan que elaborar duelos, a veces más de uno al mismo tiempo.
El duelo es el proceso emocional normal con el que nos adaptamos a una pérdida irreversible o que se vivencia como definitiva, de cualquier objeto valorado o situación con la que tenemos un fuerte vínculo emocional y que produce síntomas psicológicos y físicos. Con la edad avanzada es común sufrir la muerte de la pareja que acompaño durante toda la vida y también la pérdida de amigos queridos, lo que los priva de ese afecto cotidiano que solo la amistad o la familia brindan. Ésta nueva "soledad" puede avivar cierta melancolía y angustia. Aunque estas perdidas son las más relevantes y las que más afectan al espíritu, no son las únicas con las que deben lidiar las personas mayores. Si bien cuando hablamos de duelo, generalmente nos referimos a la pérdida sufrida por la muerte de algún ser querido, también debemos elaborar duelos en otras situaciones, como por ejemplo, la jubilación. Dejar de trabajar implica un cambio importante en la vida de una persona, afecta su posición social y su poder adquisitivo ya que en general viene acompañado de una fuerte disminución de ingresos. El abandono obligado de las actividades productivas impacta también el área psicológica, más específicamente en la autoestima y la identidad personal. No producir en una sociedad como la nuestra que mide a las personas por lo que acumulan materialmente, puede generar la sensación de no servir o de valer menos.
La tercera edad es un período de muchas dificultades tanto por las características particulares que presenta ésta etapa como por las trabas culturales que impone una sociedad superficial como la nuestra. No les sumemos más problemas a nuestros mayores, escuchémoslos para que se sientan comprendidos, brindémosles afecto y la atención que se merecen, animémoslos a tener proyectos y a ser felices. No te olvides!!!, vos también vas a ser viejo.

Lic. Santiago Bonomi
Matrícula CABA Nº 63442
Matrícula Prov. de Bs.As. Nº 98039

Consultorio: 011 6460 1212