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Infidelidad, un éxtasis engañoso
Todos sabemos que el proceso de enamoramiento se da en el principio de una relación y que es de duración limitado, si todo avanza bien lo esperable es que luego de un tiempo se pase a una nueva etapa, la de amor profundo. En el caso de una relación de infidelidad esto es totalmente distinto. Veamos primero algo que escribí en otra oportunidad sobre cómo se desarrolla normalmente un vínculo amoroso.
"Cuando comenzamos a interactuar con alguien nuevo, nos sentimos atraídos por cualidades externas, su belleza, su manera de vestir, su mirada, su tono de voz o cualquier atributo que se ve a simple vista, pero en realidad todavía no sabemos nada de esa persona. En ésta etapa hay una intensa pasión que no se produce en ningún otro momento del vínculo. Nos encontramos con una magnificación de las cualidades positivas del otro y una falta casi total de crítica hacia la persona amada, estamos realmente ciegos a lo negativo. El encantamiento inicial no es más que una ilusión que se debe a la fuerte idealización que se da en esta etapa del proceso. Cuando nos enamoramos nuestro mundo cambia por completo, todo se hace emocionante, la vida parece perfecta, estamos pendientes de la otra persona y esperamos con ansiedad acuciante que se produzca el próximo encuentro, tenemos necesidad de mirarla, hablarle y tocarla. Luego de unos meses esta situación idílica y perfecta empieza a desvanecerse y si logramos avanzar podríamos pasar a la siguiente etapa, que debería dar lugar a un vínculo más robusto y estable.
Una vez pasado el enamoramiento, empezamos a conocer todos los aspectos del otro, tanto los positivos como los negativos. Con el amor verdadero, comienza la aceptación total del otro, con sus aciertos, sus éxitos, pero también con sus fallas y fracasos. Pasa lo superficial netamente pasional y se produce un vínculo más maduro, y de mayor duración en el tiempo. Esta etapa también es muy agradable y aunque no tiene la intensidad de los primeros momentos, se caracteriza por la aparición de una verdadera conexión y de lazos más importantes, que nos brindan alegría y seguridad. Con un gran amor nuestra vida se expande y logramos felicidad plena. Solo en esta clase de vínculo podemos sentirnos nosotros mismos, sacarnos los zapatos y mostrar con franqueza cómo somos realmente."
En el caso de una relación de infidelidad, quedamos cristalizados en una situación de enamoramiento y esto es así por las características de los encuentros, poco frecuentes, de breve duración y sin la necesidad de enfrentar conjuntamente los problemas o desafíos de la vida cotidiana, es decir no se comparte lo suficiente como para que caigan las máscaras y aparezca la verdad, buena o mala. Estas particularidades dificultan el desarrollo normal del vínculo hacia el amor profundo.
El deseo inmanejable por el otro (amante), aunque alucinante, nos secuestra la razón y nos deja a la deriva y sin visión. En un encuentro prohibido lo único que se busca es el placer y lo único que se muestra es una fachada incompleta de quienes somos. Esta vivencia supuestamente perfecta no es más que un espejismo en el que al igual que en el enamoramiento no podemos ver la realidad, nos encontramos a oscuras para valorar al otro en su totalidad, entre otras razones, porque está idealizado.
Dejando fuera lo moral y sin evaluar si está bien o mal ser infiel, lo que podemos afirmar es que una esposa o esposo nunca podría competir con un amante. Las características de esos encuentros dejan sin oportunidad alguna a alguien que comparte una vida real y con muchos años de convivencia, en la que la fuerte pasión inicial quedó atrás y en la que se puede ver sin camuflajes al otro, con aquellas cualidades positivas y deseadas pero también con esas fallas, errores y debilidades que nos hacen tan humanos.
Si decidimos iniciar una relación oculta, tenemos que saber que nos vamos a ubicar en una posición de difícil salida, sostener este vínculo en el tiempo es complicado, mentir por períodos largos es estresante, generalmente la verdad sale a la luz y causa gran sufrimiento. La mayoría de los pacientes que me consultan por tener una relación paralela a su matrimonio experimentan una dualidad constante, por momentos se sienten dueños del mundo y por momentos viven angustiados, acechados por la culpa y el remordimiento. Terminar un matrimonio para comenzar una nueva vida en pareja con quien fue en paralelo amante es una decisión compleja de tomar, ya que se nos dificultará saber si avanzamos por un verdadero amor o si lo hacemos únicamente por el deslumbramiento que provoca la ilusión infantil de lo nuevo.
Algunos consejos:
Si querés vincularte amorosamente con otra persona diferente a tu pareja, no la engañes, madurá, siempre es mejor enfrentar el problema y decir la verdad, separate y después serás libre de hacer lo que quieras con quien quieras.
El engaño se vivencia como una traición y siempre produce una herida de compleja cicatrización, que deja una marca emocional muy difícil de superar incluso con ayuda terapéutica. Es importante tener en cuenta que todo vínculo afectivo se basa en la confianza, cuando esta confianza es socavada a través de la infidelidad produce consecuencias importantes y puede generar daños psicológicos en la víctima, como pérdida de autoestima, rabia, angustia, ansiedad y hasta depresión.
Lic. Santiago Bonomi
Psicólogo Clínico
Mat. 98039
www.santiagobonomi.com
Lic. Santiago Bonomi
Matrícula CABA Nº 63442
Matrícula Prov. de Bs.As. Nº 98039
Consultorio: 011 6460 1212
"Cuando comenzamos a interactuar con alguien nuevo, nos sentimos atraídos por cualidades externas, su belleza, su manera de vestir, su mirada, su tono de voz o cualquier atributo que se ve a simple vista, pero en realidad todavía no sabemos nada de esa persona. En ésta etapa hay una intensa pasión que no se produce en ningún otro momento del vínculo. Nos encontramos con una magnificación de las cualidades positivas del otro y una falta casi total de crítica hacia la persona amada, estamos realmente ciegos a lo negativo. El encantamiento inicial no es más que una ilusión que se debe a la fuerte idealización que se da en esta etapa del proceso. Cuando nos enamoramos nuestro mundo cambia por completo, todo se hace emocionante, la vida parece perfecta, estamos pendientes de la otra persona y esperamos con ansiedad acuciante que se produzca el próximo encuentro, tenemos necesidad de mirarla, hablarle y tocarla. Luego de unos meses esta situación idílica y perfecta empieza a desvanecerse y si logramos avanzar podríamos pasar a la siguiente etapa, que debería dar lugar a un vínculo más robusto y estable.
Una vez pasado el enamoramiento, empezamos a conocer todos los aspectos del otro, tanto los positivos como los negativos. Con el amor verdadero, comienza la aceptación total del otro, con sus aciertos, sus éxitos, pero también con sus fallas y fracasos. Pasa lo superficial netamente pasional y se produce un vínculo más maduro, y de mayor duración en el tiempo. Esta etapa también es muy agradable y aunque no tiene la intensidad de los primeros momentos, se caracteriza por la aparición de una verdadera conexión y de lazos más importantes, que nos brindan alegría y seguridad. Con un gran amor nuestra vida se expande y logramos felicidad plena. Solo en esta clase de vínculo podemos sentirnos nosotros mismos, sacarnos los zapatos y mostrar con franqueza cómo somos realmente."
En el caso de una relación de infidelidad, quedamos cristalizados en una situación de enamoramiento y esto es así por las características de los encuentros, poco frecuentes, de breve duración y sin la necesidad de enfrentar conjuntamente los problemas o desafíos de la vida cotidiana, es decir no se comparte lo suficiente como para que caigan las máscaras y aparezca la verdad, buena o mala. Estas particularidades dificultan el desarrollo normal del vínculo hacia el amor profundo.
El deseo inmanejable por el otro (amante), aunque alucinante, nos secuestra la razón y nos deja a la deriva y sin visión. En un encuentro prohibido lo único que se busca es el placer y lo único que se muestra es una fachada incompleta de quienes somos. Esta vivencia supuestamente perfecta no es más que un espejismo en el que al igual que en el enamoramiento no podemos ver la realidad, nos encontramos a oscuras para valorar al otro en su totalidad, entre otras razones, porque está idealizado.
Dejando fuera lo moral y sin evaluar si está bien o mal ser infiel, lo que podemos afirmar es que una esposa o esposo nunca podría competir con un amante. Las características de esos encuentros dejan sin oportunidad alguna a alguien que comparte una vida real y con muchos años de convivencia, en la que la fuerte pasión inicial quedó atrás y en la que se puede ver sin camuflajes al otro, con aquellas cualidades positivas y deseadas pero también con esas fallas, errores y debilidades que nos hacen tan humanos.
Si decidimos iniciar una relación oculta, tenemos que saber que nos vamos a ubicar en una posición de difícil salida, sostener este vínculo en el tiempo es complicado, mentir por períodos largos es estresante, generalmente la verdad sale a la luz y causa gran sufrimiento. La mayoría de los pacientes que me consultan por tener una relación paralela a su matrimonio experimentan una dualidad constante, por momentos se sienten dueños del mundo y por momentos viven angustiados, acechados por la culpa y el remordimiento. Terminar un matrimonio para comenzar una nueva vida en pareja con quien fue en paralelo amante es una decisión compleja de tomar, ya que se nos dificultará saber si avanzamos por un verdadero amor o si lo hacemos únicamente por el deslumbramiento que provoca la ilusión infantil de lo nuevo.
Algunos consejos:
Si querés vincularte amorosamente con otra persona diferente a tu pareja, no la engañes, madurá, siempre es mejor enfrentar el problema y decir la verdad, separate y después serás libre de hacer lo que quieras con quien quieras.
El engaño se vivencia como una traición y siempre produce una herida de compleja cicatrización, que deja una marca emocional muy difícil de superar incluso con ayuda terapéutica. Es importante tener en cuenta que todo vínculo afectivo se basa en la confianza, cuando esta confianza es socavada a través de la infidelidad produce consecuencias importantes y puede generar daños psicológicos en la víctima, como pérdida de autoestima, rabia, angustia, ansiedad y hasta depresión.
Lic. Santiago Bonomi
Psicólogo Clínico
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